Conocernos fue inesperado, descubrir que nos comenzábamos a amar, aún más.
Me gusta que nos hayamos juntado en esta especie de casualidad, a la vez intencionada, sin tener idea de lo que nos íbamos a encontrar en el camino. Pues en este vimos lo más preciado que había pensado en la vida tener, que es tu amor.
Y es por eso que, como sé que a ti también, este cariño que crece día a día entre los dos, se me hace tan preciado. Tan raro y especial. No tenía la intención de buscar para nada el amor, pero apareció. Y es tan bueno que no quiero nunca dejarlo ir.
¿Lo sientes tú? No creo que te esté amarrando o presionando. Intento mantenerme en calma frente a tu presencia, pero puedo ver cómo en tus ojos pasa todo lo que siento por dentro, una mezcla de emociones que no se apaga con el tiempo, sino que se aviva más, y se hace más fuerte y parece más duradero. Así es nuestro amor, salió de la nada.
¿Quién se lo iba a imaginar? Pues es cierto que lo bueno, que lo mejor, viene cuando menos lo esperas. Así llegó esto, por eso repito: que no te quiero lejos de mí, nunca más.
Por eso es que estoy dispuesta a arriesgar todo. La verdad es que este amor me ha enseñado a desprenderme de todo el resto, no tanto de las personas, pero sí de los lugares y de las cosas.
Los sentimientos se pueden llevar consigo siempre. Es por eso que sé que aunque estemos lejos, podemos seguir cuidando esto, dentro de nosotros, con la pasión que tenemos.
Y si no, te sigo, como sé que tú me seguirías. ¿No es así? La verdad no importa: yo decido no dejarte, si así es necesario, iré contigo hasta donde nos lleve el viento. Juntos, no importa nada más.
EA.....
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